Dolor de Talón

El dolor en el talón es uno de los dolores de pie más comunes en la población. Existen diversos tipos de dolor en el talón, pero la forma más común de dolor en el talón es la que se presenta en la zona de la planta. Cuando aparece el dolor no parece que exista una razón aparente y generalmente es más doloroso cuando se camina o se está de pie. Para la mayoría de estos pacientes el dolor aparece por la mañana con los primeros pasos, o al ponerse de pie después de haber estado descansando sin apoyar el pie. La sensación de dolor puede ser afilada, ardiente o aparecer como sensación de rasgado en el talón. Si el problema progresa pueden aparecer latidos o sensación de pulso al poner los pies en alto o un dolor sordo que se irradia por la parte posterior de la pierna. En ocasiones el dolor también puede irradiarse hacia la zona del arco interno del pie.

Para entender la causa del dolor, se debe de entender la anatomía del pie y algunos mecanismos básicos de la función del pie. Existe un ligamento muy grueso que está insertado en el talón y se extiende a lo largo de la planta del pie hasta los dedos del pie. A esta estructura se le denomina Fascia Plantar. Cuando andamos la fascia plantar se estira levemente. Si al andar aplanamos el pie más de lo normal se producirá un estiramiento de la fascia plantar mayor del que está acostumbrado a realizar. Debido a este estiramiento se producen pequeñas roturas o desgarros en la inserción del talón de la fascia plantar. Cuando estas pequeñas roturas ocurren se produce una pequeña cantidad de sangrado y la tensión de la facia plantar en el hueso del talón produce un crecimiento de hueso que se conoce como “espolón”. El dolor que se experimenta en el talón no es debido al espolón sino a la tensión que existe en la fascia plantar y a las pequeñas roturas de la inserción de la fascia en el hueso del talón.

Diagnóstico

El diagnóstico del síndrome del talón doloroso se hace por medio del estudio de los signos y síntomas del paciente y un cuidadoso estudio del pie y miembro inferior. Existen pruebas que pueden ser de ayuda como radiografías para determinar si existe espolón y para descartar otras condiciones que pueden causar dolor en el talón como fracturas de estrés en el talón o determinados tipos de artritis.

Tratamiento

El tratamiento del síndrome del talón doloroso se realiza por etapas de menos agresivo a más agresivo.

Inicialmente en los primeros estadíos se pueden realizar ejercicios de estiramientos, medicación con antiinflamatorios y plantillas. Además, nuestros compañeros los fisioterapeutas también disponen de armas para reducir la inflamación.

Si este tratamiento no funciona o la patología está más avanzada y el dolor es muy acusado se recomienda pasar a la siguiente fase del tratamiento. El segundo paso consiste en continuar con los ejercicios, inyecciones de corticoides en el talón y el uso continuado de plantillas. También pueden ser útiles férulas nocturnas que mantengan un estiramiento continuado de la fascia plantar.

Generalmente todas estas medidas suelen funcionar en el tratamiento del talón doloroso. Sin embargo, existen casos en los que el dolor persiste y es necesaria la operación para eliminar el dolor. Esta operación generalmente solo se recomienda, como última opción, cuando el resto de tratamientos han fracasado. En este caso es importante que el paciente sea consciente de que la operación no corrige la causa del dolor en el talón, por lo que es necesario siempre el uso de plantillas posterior a la operación.