Hongos en las uñas

Una de las causas muy comunes de alteraciones en la uña es la presencia de hongos en las uñas de los pies. El hongo que infecta la uña es comúnmente el mismo hongo que causa el “pie de atleta” o infección por hongos en la planta del pie. Suele ser de crecimiento lento y produce daño con destrucción variable de la uña que la va lesionando comúnmente. Generalmente la infección comienza en la punta final de la uña y va creciendo progresivamente hacia el dedo. Casi nunca suele producir dolor por lo que muchas veces pasa inadvertida y cuando nos damos cuenta de su presencia ya está plenamente asentada en el pie. Con el tiempo la uña tiende a engrosar, cambiar de color y cambiar también de apariencia. Los pies con más sudoración contribuyen a la infección inicial y su diseminación posterior. Los hongos suelen preferir un ambiente húmedo, oscuro y caliente y es por esto por lo que suelen afectar más comúnmente a las uñas de los pies que a la de las manos. En ocasiones también puede aparecer junto con infección por hongos de la piel. A pesar de que los hongos en las uñas no son altamente contagiosos es importante mantener entre la familia limpias las áreas comunes como las duchas.

Diagnóstico

No todas las uñas engrosadas o amarillentas tienen infección por hongos. El daño o la presión constante al caminar por el calzado hace igualmente que las uñas se engrosen y se pongan amarillas. Esto se puede confundir con hongos y tratar incorrectamente la uña cuando en realidad no presenta una infección. Un especialista del pie y del tratamiento de las afecciones ungueales puede diferenciar entre alteraciones mecánicas o infecciones por hongos en las uñas. En ocasiones es necesario tomar un “cultivo” de la uña para hacer un correcto diagnóstico.

Tratamiento

Es mejor comenzar el tratamiento tan pronto como sea posible. En los casos iniciales con productos tópicos sobre la uña puede ser suficiente. En casos más avanzados es necesaria la prescripción de cierto fármacos para tratar las uñas que pueden ser tópicos, orales o combinaciones de ambos. Si existen factores como sudoración excesiva asociados, también deben de tratarse adecuadamente para asegurar el éxito del tratamiento.